Cuide su madera como cuida su piel

 

La madera es símbolo de nobleza, calidad, diseño y confort. Es un material vivo cuya extraordinaria belleza y resistencia se ven afectadas por el paso del tiempo y el efecto de los agentes externos del mismo modo que le ocurre a nuestra propia piel.
 

Para disfrutar de una madera tan bella y sana como el primer día, capaz de despertar todos nuestros sentidos, debemos cuidarla del mismo modo que lo hacemos con nuestra piel: previniendo, protegiendo y recuperándola con productos específicos de alta calidad y eficacia que mejorarán su aspecto y funcionalidad.


¿Qué afecta a la madera?

 

Los mismos agentes externos e internos que afectaban a la madera en el árbol siguen afectándola cuando se convierte en elemento constructivo. Rayos UV del sol, humedad, insectos y hongos. Para proteger la madera y mantener sus propiedades naturales son necesarios tratamientos que tendrán en cuenta el tipo y la intensidad de exposición a estos agentes.


 

Agentes atmosféricos

Agentes atmosféricos


La humedad provoca que la madera se hinche y se agriete, y además favorece la aparición de hongos. 
Las temperaturas extremas desequilibran el grado de humedad, provocando la aparición de grietas y la deformación de la madera. 
Los rayos UV del sol decoloran la madera y transforman su vivo color en tonos de gris.

 

   
Insectos

Insectos

 

Las larvas xilófagas son las crías de insectos coleópteros (familia de los escarabajos) que utilizan la madera para alimentarse y desarrollarse hasta que son adultos. La humedad facilita su reproducción y desarrollo.
Las termitas se alimentan de la celulosa que encuentran en la madera así como en otros materiales. Como se esconden de la luz, suelen atacar el interior de la madera y no dejan ningún tipo de marca en la superficie.

   
Hongos

Hongos

 

El contenido de humedad de la madera tiene vital importancia para la filosofía de los hongos y la germinación de las esporas. De entre todos los hongos relacionados con la madera destacamos los hongos cromógenos, frecuentes en las coníferas, que no afectan a las propiedades de la madera y se caracterizan por la coloración negra/azulada y los hongos de pudrición los cuales ocasionan pérdida de propiedades y cambios de color a la madera. Imprescindible medidas preventivas.